Cada dos, cinco o diez años… Si hacemos una encuesta sobre cada cuánto tiempo se reemplazan los paños de baño en uso, de seguro las respuestas variarán mucho de una persona a otra. Utilizar el sentido común es la mejor manera que tienes para identificar cuándo hacerlo, pero en Toallas Personalizadas queremos que conozcas las señales de que necesitas comprar toallas nuevas.
Una oportunidad para renovar
Muchas personas no piensan en la posibilidad, mejor dicho, la necesidad de reemplazar las toallas hasta que las viejas ya no dan para más. Haz un ejercicio simple: ve al sitio donde las almacenas, cuenta cuántas tienes y trata de recordar cuando las compraste. Seguro te sorprenderá encontrarte con que has tenido alguna de ellas por una década o más. Ese cálculo es una suposición, claro, pero para algunos es una realidad. Cuando una toalla alcanza ese tiempo de vida, seguro era de muy buena calidad en el momento que la adquiriste, pero aún las mejores dejan de ser útiles en algún momento y necesitan un reemplazo. Sé sincero y fíjate si en realidad funcionan igual que lo hacían antes. Ellas mismas te darán las señales de que necesitas comprar toallas nuevas. A veces duran menos tiempo del que esperábamos, quizá porque no invertimos lo necesario en juego de alta calidad. Pero, en realidad, hay otros factores que influyen en su tiempo de vida como la frecuencia de uso, lavado y secado a máquina y el cuidado general que le damos a nuestro producto. Aunque no vienen con fecha de caducidad incluida, la vida promedio de una toalla es de dos o tres años. Que quede claro que nos referimos a las que utilizamos con mayor frecuencia. En aquellos casos en los que tenemos un juego reservado para los invitados, está claro que durarán más tiempo. Tener el cuidado apropiado es esencial para alargar su tiempo de vida, saber cuándo debes lavarlas, la temperatura adecuada al hacerlo, cómo secarla, qué productos debes utilizar… Todos estos detalles cuentan para que duren mucho más. El tipo de toalla también influye en esta decisión. Por ejemplo, las toallas para el rostro y el gimnasio deben lavarse tras cada uso, por lo tanto, se desgastarán más rápido que las de baño que, además, suelen ser más gruesas y resistentes. Las de la cocina también son ligeras y tienen que lavarse con frecuencia para evitar el traspaso de bacterias a los alimentos y utensilios, por lo tanto, también se desgatarán más rápido. Cuándo te des cuenta que ha llegado el momento de cambiarlas no lo tomes como una responsabilidad que debes asumir en tu hogar, sino como una oportunidad de renovar. Recuerda que con solo sustituir las toallas, le darás un aspecto distinto al baño.Si notas esto, cambia las toallas
No hay que ser expertos en textiles para reconocer cuándo hay que reemplazar las toallas de baño viejas o al menos añadir un set nuevo a nuestro armario. Si notas que ya no te seca el cuerpo como antes es porque perdió sus propiedades. Si los colores están opacos es porque quizás ya tienes mucho tiempo con ellas. Estos signos te ayudarán a decidir si llegó el momento de ir a la tienda a comprar unas toallas nuevas:- Pierden capacidad de absorción: con cada la lavada se van perdiendo las fibras de la tela que es lo que hace que absorban los líquidos. Al paso del tiempo se notará en su estructura y hasta se sentirán más delgadas de lo que eran.
- No son tan suaves como antes: es el mismo caso del punto anterior. Al perder sus propiedades la suavidad quedará a un lado y la sensación al contacto con la piel es incómoda. Es posible aplicar algunas técnicas para recuperarla siempre y cuando, el origen del problema tenga que ver con un lavado o secado incorrecto. Si las fibras se han dañado, no se puede hacer nada por ellas.
- Huelen mal todo el tiempo: en las toallas se acumulan bacterias que producen olores desagradables. Hay medidas que puedes tomar para evitar que esto suceda como permitir que se sequen bien antes de cada uso o de tirarla en el cesto de la ropa sucia. El hedor se elimina con el lavado, pero si al primer contacto con el agua regresa, entonces es el momento de dejar de usarla.
- No luce como antes: los colores oscuros se pierden luego de muchas lavadas, más rápido que los claros; el calor excesivo provoca que se encojan o se deformen; lucen desaliñadas, rasgadas y partes de la tela se desgastan. Todas estas son señales claras de que tienes que compra toallas nuevas.